12 de febrero


Mi padre las pasó terribles. 

Un padre al que siempre respetó, pero que lo sacó del cobijo familiar para que le reportaran unas monedas. De dormir en colchón pasó a la pájera.

El maestro arguyó que era una barbaridad, que era listo.

Tuvo mucha fuerza emocional para sobrevivir a los reveses que le dio la vida.

Suerte que con mi madre tuvo estabilidad emocional. Ella cuidaba del calor de hogar de forma excepcional.

Se les complicaron las cosas, pero hicieron frente.

Mis dos primeros hermanos no sobrevivieron a sus primeros meses de vida.

Yo soy la cuarta. La única chica.

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