Antes

 Antes

Antes las letras fueron sagrarios a los que acceder si la suerte te ofrecía una educación. Ese era mi antes. Hoy hay mundos que segregan. Otras culturas. Otras creencias. Distintos mundos cortados por un mismo patrón.

No recibí equitativamente los mismos estímulos ni motivación.

Era yo. Quería. Deseaba. Buscaba.

La voz transcrita del trazo a mi interior.

Agradezco el momento y lugar.

En otro tiempo. En otra región del mundo. Hubiera sido amputada en la mayor de las cosas que pude adquirir.

Sacralizaba a autores y autoras. A algunas de ellas las encontré cuando con catorce años pude tener carnet de lector. Yo lectora. 

Sentí a través de esa lecturas que no todo era como me lo pintaban, que podía pensar para mí otras posibles formas de vivir. Aún así, el amar y ser amada sigue en mí.

Cuando leía, disfrutaba, pero no suponía que podía seguir un hilo imaginado y encontrarme con mis propios personajes.

Tener libros. Atesorarlos. Reencontrar sus lomos desordenados. Ese es mi tiempo actual.

Allí se para. Hay un recuerdo adherido. El momento en que lo leí.

Cuando leíamos a Eco, El nombre De la Rosa, en Bujaruelo, mecidas por el río. No recuerdo cómo nos organizamos. Leías tú, leía yo. Tú más rápido.

Ayer mi hermano me habló de una escapada que hicieron a ese lugar del Pirineo. Creo que el río es el Ara. Comprobado. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Llegir mou el pensament

Evocando a mis vecinos del tiempo infantil

De rodillas