Escritos del 1 de mayo
Un sueño. Un pájaro, la urraca entra y se coloca en la estantería del salón de Vigo. Estoy despierta. Creo. Darme cuenta de que es un sueño me saca de mi error.
Ayer tuve dolores de cabeza muy intensos.
Estos días sufro de picor en ojos. Me quejo del aire viciado. De mis alergias. Achaco a trabajos en el edifico y en la instalación del puente de vialia. Noto en mi boca una sensación salitrosa metálica.
El antiestamínico no me basta.
No salgo.
Llevo con migrañas recurrentes muchos días. Más de una semana.
No soporto el reflejo en la ría. Me molesta la luz.
Sensación de casquete. Presión.
Anoche no me dormía. Serían las 5. El efecto de lo que tomé me dejó en blanco. Hablamos, hasta que dejamos de hacerlo pensando en el descanso.
Ese sueño debió ser en el primer tramo de dormir ligero.
La claridad del nuevo día me ha despertado. Como suele.
Anoche, pasada la media noche, me levanté a anotar ideas de mi nueva narrativa. Nuevo impulso.
Estuve días en dique seco.
Me cansaba. Distraía con ia de imagen.
Ayer volví a escribir. Seguí un texto de días atrás.
12:48 (1 de mayo) lunes.
Acabo de tomar una de las pastillas de hemicraneal.
Estoy bebiendo infusión de jengibre, por tercer día.
He lavado ropa oscura.
Noté congestión en zona del estómago. Ayer también.
El otro día recibí un mazazo. Los quistes del hígado.
Que L se lo contara a su tía me alteró. Muy de mi estado psíquico en periodo migrañoso. Me altero más y descontrolo.
Me molesta, claro, pero reacciono desproporcionadamente.
Ayer hice lentejas. Me quedaron para hoy.
El 13 de abril tuve visita con cardiólogo. Llevaba 10 días tomando medicación para colesterol. Me propuso analítica. Bajó. Me citó para electro. No funcionó. El viernes por la tarde pasé por otro que señaló el tema del hígado. Eso me dio un zapatazo en la cara. Por la mañana, al día siguiente lo compartí con L. Que se lo dijera a su tía cuando preguntó por mí me superó. Llevo mal ir de enferma.
Tuve una infancia en que estuve expuesta. Eso está dentro de mí. No hay otra.
En tiktok he dado con una entrevista a Rosa Montero. Un libro de un autor que recomendaba sobre migraña. Lo he bajado de eBiblio de Aragón. He empezado a leer y eso me ha traído a escribir esto.
He recordado lo curioso de ese sueño.
Me pregunté sobre su significado. Por aquí hay gaviotas y palomas. No he visto urracas, picarazas en Aragonés. Mi abuela me decía, “Negraza como la picaraza.”. De niña estaba muy morena.
También tuve el recuerdo de la foto de mi madre y mis tías. De niñas. Viendo mi imagen en el espejo. Mismo corte de pelo. Su reflejo. De niña creía que no era su hija. Sufría por ello. Cuando se me decía que era hija de una gitana, por lo morena. Mi morenez era muy llamativa. Con los años se me ha aclarado la piel.
Cuando enterramos a mamá una pariente suya, de Almudevar, me dijo que soy igual que mamá. A partir de entonces me veo en fotos y espejo. Siento su reflejo. Tantos que dijeron que me parecía a papá, con cierto gesto peyorativo. Ya se ve. A los dos salí.
No me buscaban pero tenía mi sitio en la vida.
Voy a cumplir 69, en julio. Papá cumpliría 99. El año 2024 será su primer centenario.
También veo parecidos de mi sobrina. En imágenes de filtros de tiktok.
Voy haciendo media y ganchillo. Poco a poco, porque me canso.
Por la tarde me desfondé. Así no hay manera. Necesito un día libre. Sin sensaciones migrañosas y con energía.
Esta Primavera me afecta.
Presión atmosférica. Luz.
Olores y ruidos.
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