Emigración. Familia.

 Emigrar

Mis tíos, José María y Josefina, se casaron el mismo día que cumplí un año.

Fueron de vacaciones a París. A la casa de la tía Pilar.

Allí se quedaron.

En verano, el mes de agosto los teníamos en casa. Primero pasaban la frontera por medio de transportes públicos. Autocares y/o tren. Con tren llegaban a Tardienta. A la casa familiar.

Posteriormente con su coche.

Recuerdo la complicidad entre mi padre y mi tío, porque le traía revistas que estaban censuradas en ese tiempo.

Alguna vez las encontré encima del armario ropero de la habitación de mis padres. Pechos de mujer.

Ese mes, para mí era una fiesta. Mis tíos me llevaban con ellos.

Mi tío trabajaba en una gran empresa de construcción. 

Esa empresa ofrecía una semana vacacional a sus empleados y honraba sus méritos en una ceremonia. Mi tío nos enseñaba fotografías con orgullo.

Además, hacía arreglos particulares, cuando sus superiores se lo pedían. 

Mis tíos medraron. Se compraron un piso en un barrio que parece alojó a mucha emigración. Su calle, la recuerdo Sidi Brahim. El número no. Durante el resto del año nos escribíamos. Yo solía escribir la dirección y remitente en los sobres. 

Tuve una infancia en la que mis tíos y tías eran muy importantes. Una vida familiar plena.

Mi tío era el padrino de mi hermano.

Ellos no tuvieron hijos. Mi tía pasó por un vaciado.

Su hermana de Huesca tenía 4 hijas. Tres de ellas mayores que yo.

Con ellas también tuve una relación familiar.

Parece ser que cuando mis tíos, a los que llamábamos los franceses, se casaron mi tío Manolo y mi tía Emilia empezaron a entablar una relación que acabó en boda. 

Así que tuve a dos tías hermanas casadas con dos hermanos de mamá.

Cuando pasaba días en la casa de los abuelos, muchas veces coincidía con la madre de mis tías.

La recuerdo recitando largas retahílas.

La viví como propia. Su trato fue amoroso y próximo.

Con su progreso, mi tío fue trabajando en una casa que compró en la misma calle en que estaba la casa de mis abuelos.

Cuando se jubiló se instalaron en ella.

Posteriormente se fueron a vivir a Huesca.

Mi tío José María fue el último en morir.

Cuido de su mujer. Atendió las necesidades de su cuñada. Tenía habilidades para llevar su casa. Necesitó atención y contrató una persona interna. Una mujer. Fue cambiando. Con la primera quería casarse, pero ella no. Terminó en una residencia.

Cuando lo necesitó tuvo a la familia. Principalmente a la sobrina mayor, que no lo dejaba sólo en domingos ni festivos. Mi prima había estado con ellos en su casa de París antes de casarse. Tenían un vínculo estrecho. Siempre estuvo atendido por ella, su marido y su hijo.

No pongo sus nombres porque no creo que les pareciera bien.

Hace tiempo que no voy por Huesca. Con la muerte de mi padre se me congeló el alma. No tengo pies que me hagan ir.

Por whatsapp mantengo contacto con el hijo de mi prima. Por teléfono con mi hermano.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Llegir mou el pensament

Evocando a mis vecinos del tiempo infantil

De rodillas