Adicciones


Me enfadé.

Me descolocó.


Me sentí vulnerable.


Lo que quiero resaltar al respecto es que meterse en ese infierno de adicciones conociendo y sabiendo es una decisión tomada. Es querer salir de una realidad y un presente que se rechaza.


Hablé de mi pasado de alcohol. De cómo me alejé de ello y que nunca volvería a ese agujero negro.


Mi cuerpo pagó el precio. Lo paga.

Era joven. Estaba en esos veintitantos.

Era una existencia amarga.


Mis pensamientos suicidas nunca fueron acto.


Pensaba en el daño que podía hacerle a mi madre.


En el 82 renací. Me sentí ubicada. Pasé al mundo entre mujeres. Empecé a conocer mi deseo y pasión a otro nivel.

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