La fiera
8 de abril
Ayer, viendo la Huesca del 1914, diez años antes del nacimiento de mi padre, que este año hará su centenario, para mí significativo, pensé en que no podría encontrar antepasados en esa filmación del siglo pasado, por ser yo primera generación en esa ciudad, ya que los antepasados tuvieron cuna en los pueblos de los que mis padres procedían, Fañanás y Tardienta.
Del de papá, la gente iba y volvía andando. Alguno tendría recursos rodados, principalmente aquellos que eran caciques y explotadores del pueblo llano, hoy expandidos en capitales principales. Del de mamá con el ferrocarril y muy distante, se solía ir a Zaragoza, aunque recuerdo parientes que iban a Huesca para médicos, dentistas y otras actividades. Una de ellas, adquirir planta para sembrar en el campo. Muchos paraban o pernoctaban en nuestra casa.
Las dos familias de origen tenían tierras, pero apenas sobrevivían con ellas.
La casta se las apaña para menoscabar a aquellos que trabajan de verdad.
La tierra dará su fruto y nos alimentará. Ellos menosprecian lo manual, aunque sin su fruto no podrán mantener su estatus.
Han tejido una urdimbre de menosprecio a la base que todo lo sostiene.
Entre su demérito está el del habla propia. Ahora atacan de frente. Los votos les han dado alas, nacidas de una ignorancia decimonónica. ¿Qué hace el trabajador dándoles tanto poder? Acaso cree que la fiera se sacia y calma.
Comentarios
Publicar un comentario