Cartas
Hubo cartas escritas a mano y ensobradas, con dirección y remite, y con el timbre (sello) correspondiente.
A Barcelona, a París.
Las escribía papá, pero el sobre era cosa mía. Las ligeras, de avión, eran de un papel y sobre especiales.
No había teléfono. El contacto familiar se iba manteniendo con esas misivas.
Funcionaba la comunicación.
Otras cartas, son aquellas correspondencias que mantuve en mis relaciones. Entonces, también me comunicaba por teléfono. Uno rojo que estaba al final del pasillo y que me llevaba a la habitación de mi hermano, para más intimidad.
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