Respeto

 25 de octubre 

A mí no me sorprende.

Ayer L me avisó del hecho, tratado en un programa de televisión.

Yo estaba leyendo.

No me sorprendí porque no conozco a la persona, ni tengo afinidad política.

Hoy sufro la deformación del efecto traumático de saber que ese político no es persona fiable.

Ni él ni muchos. Digo muchos no como genérico. Como masculino plural, que no siendo el agresor no responden en la medida debida.

Mi padre diría que es cobarde. Así se pronunciaba cuando sabía de hombres maltratadores y abusadores.

No es que mi padre fuera feminista. Ni él ni mi madre, ni mis tíos o tías, ni mis abuelos.

Yo me hice feminista sin saberlo, como respuesta al trato diferencial recibido.

Siempre pensé que mi padre no era como otros.

Había hombres que no trataban en igualdad a sus mujeres.

Papá perdió a su madre al empezar la posguerra. Era un adolescente. 

Cuando se contrariaba lo sacaba con enfado. Mi madre, si tenía algo que decir al respecto esperaba y cuando se calmaba le razonaba al respecto.

De mis padres recibí muchas lecciones de vida. La primera el respeto.

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