Abrazos en la distancia
5 de noviembre
Despierto por segunda vez. Ya hay claridad. Me dispongo a empezar nuevo día. Otra oportunidad.
Me cuesta poner los calcetines y el pantalón elástico.
Las lumbares.
Anoche anuncio con flemas.
Tomé sólo una cucharada de miel.
Hoy empiezo con el fluimucil.
En mis despertares pienso en ellos.
Sólo puedo escucharles.
Me querría libre de mis achaques, pero estoy aquí.
Aún sigo ocupándome de mí.
Cambié la cita de traumatología el 30. El 20 la tendré.
Por el codo. No tengo fuerza. Me duele.
Hoy mi pensamiento en ese ambiente nocivo de ciénaga que les ha acompañado en mi noche arropada.
Quiero escucharles. Acompañarles en su dolor y pérdida.
El pánico les entra por las rendijas del alma.
No soy ellos. Ni puedo ir.
Estaré aquí, pendiente, alerta.
Un abrazo al aire.
Energía que une en la distancia.
No me excuso.
No hay nada que lo repare.
Hemos armado un mundo sin alma.
Mis lágrimas se abrieron paso cuando vi la marea humana que se acercaba a sus barros.
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