Polvo

 De esas muchas cosas que no controlo ésta persiste e insiste. Esa liviana capa que acumulada desluce.

Ya puedes quitarlo a diario, que insiste.

Ácaros son sus artífices.

Cuando la borreta (pelusa) que recojo, con paño o mopa, me deja inquieta por los cabellos largos que sin duda son míos, me incomodo y recuerdo esa infancia en que a mí me implicaron en hacerme responsable de que la casa estuviera limpia y ordenada.

Primero la escoba, después el paño y por último agua. Entonces arrodillada.

La limpieza diaria era una de mis obligaciones. Para aprender tocaba. Mi madre. Mi abuela. Yo renegaba.

Actualmente no me presto a diario. Le dedico lo imprescindible.

Observo que de ese color terroso de antes hemos pasado al negro.

Muchos contaminantes.

Dicen que disruptores endocrinos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Llegir mou el pensament

Evocando a mis vecinos del tiempo infantil

De rodillas