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Miércoles 21:15 del 22 de octubre. Reflexiones

 Que alguien lea lo que escribo es suficiente. No busco lectores. Quiero escribir. Desde que tengo espacios donde compartir recibo más de lo que hubiera podido imaginar. Siempre me he dado valor. No busco aprobación. Lo que va bien, bien está. Lo que no, otra vez será o a otra cosa mariposa. No importa. Lo importante está en otro lado. La relación con el mundo sería muy dura sin amar y ser amada, en mi caso. Esa estabilidad emocional es lo más. La vida te da y te quita. Perder a las personas que te saben es lo que te quita. Lo material se queda atrás y no cuenta.  Reinventarse en muchos momentos y tirar para adelante.

Mudanzas

 Mudanzas Cambios de mundos posibles. La primera no fue cosa mía. De la que fue casa hasta mis dieciséis a un piso. Decía que no me adaptaría, pero me adapté. Volvía a ver lo que en ella dejé. No recordaría, aunque lo intentara, el momento en que de verdad la dejé. La abandoné. La segunda mudanza ir de Huesca a Barcelona con un equipaje mínimo. En una bolsa bolso que había servido para llevar libros y cuadernos en tiempo de estudios universitarios. De esa fueron goteando en los viajes de ida y vuelta algunas cosas más. Qué poco necesité. Los libros pasaban de mano en mano. Nos los dejábamos. Los míos quedaban en el piso, con muchas de mis cosas. En un mueble que aún estaba allí con ellos cuando estuve por última vez. En el piso conservaba mis recuerdos. Mi habitación fue mía hasta que se la cedí a la mujer que se ocupaba de atender a mis padres, cuando ya no pudieron asumir todas sus necesidades. Perdí mi armario y mis cajones. Ya no quedaba mucho. Era lo imprescindible para poder ...

Muralla

 Amurallados  Amurallados en los nichos, mal llamados piso o apartamento, de cama, aseo, cocina y salón. Sala, se lo oía a mis parientes de tierras monegrinas y hoya de Huesca, donde se recibía, porque la vida diurna se daba en esa cocina de fogón y cadiera. Grandes cambios, pensamos evolucionamos. La casa, no es casa, es la colmena. Los de abajo y arriba, los de los cuatro costados. Unos enfrente otros detrás. Nos molestamos. Normas hay para ruidos que puedan incomodar. Aparatos iluminados como antiguas fogatas, donde las pantallas silencian desgracia y soledad. A cualquier hora, la calle ilumina con semáforos y farolas. Ventanas son faros en esa noche insomne.  Las estrellas no nos pueden titilar porque la noche de ciudad no las deja diferenciar. Ellas iluminaron en años luz ese parpadeo que queremos significar. Cuando mi madre expiró en una estrella la quise significar. ¿Quién mirará ese cielo desde ese mismo lugar? Desconozco quienes llegaron a habitar bajo las estrel...

Cruceristas. Cruceros

 Cruceristas. Cruceros Aquí, en Vigo, muchas veces nos encontramos con personas que denominamos cruceristas. Dicen los taxistas que los contratan por un día, para que les lleven de un sitio a otro. Por ejemplo, al Castro, a Samil, a Ballona,… Dicen ellos, y los que regentan bares y restaurantes del centro, que dejan muy buenas propinas, y que los hay que se llevan la bandejita o plato de la nota o tíquet del consumo. Estuvimos cinco años alquiladlas en un piso con amplias vistas de la ría. Allí veíamos esas moles que surcan océanos y mares. No me atrae nada embarcarme en ese supuesto placer del hay quien hace alarde. Leyendo a Wallace, concuerdo con él en la visión que da en su libro Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer. De mi experiencia turística puedo señalar que podría comparar una y otra experiencia, cuando en viaje organizado me he sentido fuera de lugar, observando una realidad amagada tras una pantalla de idealidad.

De rodillas

 De rodillas Me arrodillaba en la iglesia. La última vez, en el entierro de mi padre. Creo. Igual ya no. Me arrodillaba para fregar el suelo y las escaleras, antes de las fregonas. Mamá pasó por dos operaciones. Una de soltera y la otra siendo yo una niña ya crecida. Dadas sus circunstancias no podía arrodillarse para eso. Se solucionó con un palo que terminaba en una madera gruesa pulida, donde poníamos la bayeta escurrida. Eran los sesenta. Mamá iba a misa los domingos. Allí seguramente seguiría el ritual. Posteriormente dejó de ir y la siguió en la televisión. Hay otra actividad que no cito. Se puede pensar.

8 de septiembre

 8 de septiembre  Voces.  Charlas.  Sonidos de escolares que vuelven a las aulas. La luz del sol y sus voces me han dado la bienvenida a este nuevo día. Ha pasado más de dos horas para que mi consciencia me lleve a cuando era yo quien los recibía. Un llanto. Estuve los últimos cursos de un lado a otro. Por circunstancias me tocó a mí. En este día ayudaba con los grupos de infantil. Nunca antes me las había visto con esa generación nueva que con dos y tres años me aceptaba o rechazada. Los lloros iban menguando. De hecho, los juegos y participación les hacía olvidar el desgarro de la separación. No todos. Siempre había alguno o alguna que no se calmaba. Muchos y muchas venían de haber estado en guardería. Cuando empecé en el oficio, casi todo el alumnado venía de casa a iniciar la enseñanza en lo que hoy es Primaria. A mí me habilitaron para la EGB. Era en los setenta. Ya había clase en infantil, pero la de tres años no. En mi tercer año accedí a lo que entonces empez...

Imagen intrusa

 Imagen intrusa. Esperaba para pagar la media docena de huevos. Delante de mí garrafas de agua que yo no podría levantar. La cajera. El cliente. Observé y miré. Salí con el cambio y fui al encuentro de L. Propuse la ruta. Hacía buen día. Retorno con bus. Desde la madrugada lluvia.