25 de julio Asiste a mi memoria ese momento en que siendo niña te dije que tu futuro hermano o hermana, entonces no se sabía hasta el nacimiento, momento que se nombraba como alumbramiento o dar a luz. Lloraste. Me culparon por mi sinceridad. Tus tres años no buscaban la verdad, pero mis no sé cuántos sí. En los veranos pasaba este mes en Barcelona. Con vosotros. Agosto los pasabais entre Huesca y Tardienta. Para mí suponía un verano de gozo. Envidiaba tu vida. Te quería. Esa envidia no era contra ti. Me sentía tan bien entre vosotros. Siempre me sentí. Pocas veces apuntó mi diana a ciertos recuerdos. Tu padre, mi amado tío, fue una figura muy importante. Sin él en mi vida, mucho de lo que he abrazado hubiera pasado de largo. Él me dio valor siempre. Y tuvo que ser un diez de agosto y estas fechas las que dejaron tu adiós. La casualidad no existe. Aquel día que tras patear el parque de la plaza de vuestro barrio, pensé que estabais a mano, y fui a ver a mi tía, tu madre, y c...