Tejer un texto Igual no me fue mal haber pasado por un aprendizaje supuestamente para hacer de mí una mujer de provecho, tal como decía la abuela Carmen. Creo que con los cinco hice un pañuelo blanco con vainica simple. Las monjas de Sta Rosa nos enseñaban a enhebrar la aguja, a hacer distintos puntos en un pañito, a sacar hilos, a hilvanar,… Me gustaba. No lo voy a negar. Una suerte. Leer, dibujar,… Mi infancia estuvo llena de experiencias de aprendizaje. Las marias del bachiller, propias de niñas, no me angustiaban. Las dominaba. Iba bien aleccionada. Hicimos álbumes con cartulina negra y escritos con tinta blanca y plumín. La caligrafía no se me daba bien. Un trapito muestra en cada hoja. No los conservo. Me los pidió mi tía de Jaca, que era maestra y ya no supe más. Ni los reclamé. Igual por allí andan. El caso es que tengo un trapito de lino en el que di mis primeras puntadas en los bordes. En él hice el abecedario con más de veinte años, a cruceta, mi punto favorito. S...